Al principio solo me parecía estar en un sueño más vívido de lo normal, después me pareció haberme dormido con la televisión encendida, pero cuando sentí su peso no cabía duda, alguien estaba sentado sobre mi cama y me llamaba por mi nombre con voz amable.
Antes de que pudiera situarlo y recuperarme de la conmoción, preguntó aquel inquietante ser:
-“¿Hola, estás despierto? Venga abre los ojos, se que lo estás.”
No sé porqué razón me incorporé, pero al contrario de lo que sensatamente cabía esperar, no me sentí sobresaltado, una extraña seguridad y dulce confianza parecía irradiar aquel ser y esto me hizo mantener la calma en aquel momento y poder verlo por primera vez, mientras que mis ojos se acostumbraban a la falta de luz. Era un ser humano, un hombre de unos treinta años de edad, ataviado con un traje negro que parecía pasado de época y con una corbata negra que resaltaba de manera curiosa en su camisa blanca. Estaba sentado a los pies de mi cama con las piernas cruzadas y una extraña sonrisa de complicidad se dibujaba en su rostro poblado por un ligero bigote, cuando me miró como si me conociera de toda la vida. Pasmado me quedé mirándolo, y tan solo pude decir, con entrecortada voz:
- “¿Quien eres?”
Conforme iban saliendo las palabras de mi boca y de manera paralela, mi mente bullía de excitación y parecía decirme que esa no era la manera de actuar cuando alguien te sorprende en mitad de la noche, en tu casa, en tu cuarto, en tu cama. Pero un sosiego me invadía y algo me empujaba a confiar en él.
El oscuro hombre, tardó unos segundos en responder a mi pregunta, unos segundos que en aquella habitación, corrieron como horas, y mirándome fijamente a los ojos con sus pupilas de ébano exclamo firmemente:
- “Tú no me conoces, pero no es necesario que lo hagas para lo que he venido. Yo puedo ver dentro de ti, veo lo que deseas febrilmente y puedo dártelo.”
Al oír sus palabras noté una fuerte taquicardia y algo en mi interior, un sentimiento que no pude identificar, me decía que este peculiar personaje no mentía.
Entonces y sin dejarme replicar, volvió a decir:
- “Tan solo tienes que pensarlo y te lo concederé, solo te pediré que me devuelvas el favor cuando llegue el momento, porque claro está, nada es gratuito y menos en cuestión de negocios ¿verdad?”.
Una carcajada salió de su boca y a la tenue luz, pude ver sus inmaculados y bien alineados dientes, tan perfectos, que parecían no haber sido nunca usados.
Una idea perforó mi cabeza como si de un tiro se tratara:
- “¿Y si este tipo fuese solo parte de un sueño, qué pierdo en aceptar?, tan solo es un sueño”
Entonces me incorporé más aun en mi lecho, miré desafiantemente a los ojos de aquel ser y escudriñé entre mis mayores deseos, entre mis más escondidas angustias, entre mis más sonrojantes placeres y lo encontré, aquello por lo que siempre rezaba antes de dormir, aquello en lo que ingenuamente pensaba siempre al arrojar una moneda a las fuentes, durante unos minutos podría ser posible, oníricamente, si, pero era mejor que nada y serenamente lo pensé, mirando a los ojos a aquel visitante nocturno.
De repente todo se volvió oscuro y no me sentía tan seguro como antes, al contrario, un pánico atroz se apoderó de mi, no podía moverme y mi cabeza parecía hundirse en lo que parecía húmedo fango y nadie podía oír mis perturbados gritos de socorro, cuando de repente, algo me tocó el hombro y con voz tierna y dulce dijo:
-“Despierta, despierta, has tenido una pesadilla”.
Poco a poco me fui sintiendo más liberado de aquella cenagosa prisión y pude ver que estaba en mi cama rodeado de mantas y casi asfixiado con la almohada, la cual estaba empapada en sudor, el mismo que recorría cada poro de mi piel y con la mirada difusa pude ver a mi madre y tan solo exclamar con exasperada voz:
-” Menuda pesadilla”.
Antes de que pudiera situarlo y recuperarme de la conmoción, preguntó aquel inquietante ser:
-“¿Hola, estás despierto? Venga abre los ojos, se que lo estás.”
No sé porqué razón me incorporé, pero al contrario de lo que sensatamente cabía esperar, no me sentí sobresaltado, una extraña seguridad y dulce confianza parecía irradiar aquel ser y esto me hizo mantener la calma en aquel momento y poder verlo por primera vez, mientras que mis ojos se acostumbraban a la falta de luz. Era un ser humano, un hombre de unos treinta años de edad, ataviado con un traje negro que parecía pasado de época y con una corbata negra que resaltaba de manera curiosa en su camisa blanca. Estaba sentado a los pies de mi cama con las piernas cruzadas y una extraña sonrisa de complicidad se dibujaba en su rostro poblado por un ligero bigote, cuando me miró como si me conociera de toda la vida. Pasmado me quedé mirándolo, y tan solo pude decir, con entrecortada voz:
- “¿Quien eres?”
Conforme iban saliendo las palabras de mi boca y de manera paralela, mi mente bullía de excitación y parecía decirme que esa no era la manera de actuar cuando alguien te sorprende en mitad de la noche, en tu casa, en tu cuarto, en tu cama. Pero un sosiego me invadía y algo me empujaba a confiar en él.
El oscuro hombre, tardó unos segundos en responder a mi pregunta, unos segundos que en aquella habitación, corrieron como horas, y mirándome fijamente a los ojos con sus pupilas de ébano exclamo firmemente:
- “Tú no me conoces, pero no es necesario que lo hagas para lo que he venido. Yo puedo ver dentro de ti, veo lo que deseas febrilmente y puedo dártelo.”
Al oír sus palabras noté una fuerte taquicardia y algo en mi interior, un sentimiento que no pude identificar, me decía que este peculiar personaje no mentía.
Entonces y sin dejarme replicar, volvió a decir:
- “Tan solo tienes que pensarlo y te lo concederé, solo te pediré que me devuelvas el favor cuando llegue el momento, porque claro está, nada es gratuito y menos en cuestión de negocios ¿verdad?”.
Una carcajada salió de su boca y a la tenue luz, pude ver sus inmaculados y bien alineados dientes, tan perfectos, que parecían no haber sido nunca usados.
Una idea perforó mi cabeza como si de un tiro se tratara:
- “¿Y si este tipo fuese solo parte de un sueño, qué pierdo en aceptar?, tan solo es un sueño”
Entonces me incorporé más aun en mi lecho, miré desafiantemente a los ojos de aquel ser y escudriñé entre mis mayores deseos, entre mis más escondidas angustias, entre mis más sonrojantes placeres y lo encontré, aquello por lo que siempre rezaba antes de dormir, aquello en lo que ingenuamente pensaba siempre al arrojar una moneda a las fuentes, durante unos minutos podría ser posible, oníricamente, si, pero era mejor que nada y serenamente lo pensé, mirando a los ojos a aquel visitante nocturno.
De repente todo se volvió oscuro y no me sentía tan seguro como antes, al contrario, un pánico atroz se apoderó de mi, no podía moverme y mi cabeza parecía hundirse en lo que parecía húmedo fango y nadie podía oír mis perturbados gritos de socorro, cuando de repente, algo me tocó el hombro y con voz tierna y dulce dijo:
-“Despierta, despierta, has tenido una pesadilla”.
Poco a poco me fui sintiendo más liberado de aquella cenagosa prisión y pude ver que estaba en mi cama rodeado de mantas y casi asfixiado con la almohada, la cual estaba empapada en sudor, el mismo que recorría cada poro de mi piel y con la mirada difusa pude ver a mi madre y tan solo exclamar con exasperada voz:
-” Menuda pesadilla”.
Hola Sutil! Soy Pilpintu; te he visto por el foro de literatura y me ha dado por ver qué era esto que llevabas linkeado en tu firma. El texto está increíble, creo haber visto un par de erratas, pero en sí la historia es muy buena!
ResponderEliminarMe gustaría mucho que te pasaras por aquí, es un concurso que quizás te interese www.ociozero.com/11861/ii-concurso-genzero
Bueno, te seguiré leyendo!
Un saludo!
Mil gracias compañera ahora mismo le echare un vistazo!!.
ResponderEliminarTe agradeceria que me señalaras las erratas para comprobarlas y aprender de ellas.
SALUDOS
-->Acento en "No sé" justo después del "-Hola ¿estás despierto? Venga abre los ojos, sé que lo estás-"
ResponderEliminarEn realidad sería.. "No sé por qué razón(...)" y lo que sigue.
-->"Una extraña seguridad y dulce confianza" aquí por ejemplo... me parece extraño que la confianza sea dulce (esto es a nivel más personal)
(...) parecía irradiar aquel ser" Tampoco me parece bien ordenado; la frase completa la habría puesto: "De aquel ser parecía irradiar una extraña seguridad." Sin nada de dulce confianza y cambiando un poco el orden.
--> "Una corbata negra que resaltaba de manera curiosa en su camisa blanca" Tampoco entiendo por qué resalta "curiosa" la corbata, me cuesta imaginar si es que estaba colocada extrañamente o algo así.. jeje
**
De este tipo de correcciones puedo hacerte varias, pero es que me alargaría demasiado y no quiero desmenuzarte mucho el texto. Si acaso me paso todo esto al bloc de notas y te lo envio con las anotaciones. ¿Me das tu email?
Bueno un placer si te sirvo de ayuda!
Nos leemos!
Soy Pilpintu **
Jaja no te preocupes con esas pinceladas se a que te refieres, tal vez me he pasado adornando la frase en algunos aspectos, y lo de los acentos... odio poner acentos en el portatil, y se me escapan algunos siempre, aunque de esos no me dí ni cuenta :D
ResponderEliminarMil gracias y se agradecen esos comentarios. Contaré con tu ayuda si decido presentarme a algun concurillo.
SALUDOS Y NOS LEEMOS SEGURISIMO XD